Mi cuerpo tiene voz. Aprender a escucharlo es una forma de sabiduria

El más lindo mensaje que me escogio!

Dicen que los mensajes llegan cuando uno está listo para recibirlos.

A mediados de agosto participé en un taller sobre "Comunicación asertiva y gestión de conflictos". Fueron dos días intensos, llenos de aprendizajes y con la consigna de hacer un esfuerzo consciente por llevarlos a la práctica en la vida diaria.

Al cierre del segundo día, nos sorprendieron con un ritual especial. A cada participante se le entregó una pequeña bolsita de tela que guardaba algo misterioso. Dentro había un tarjeta enrollado, amarrado con un sencillo hilo. La consigna era clara: tomar uno al azar y leer en silencio el mensaje que escondía.

En ese momento sentí que no fui yo quien eligió el mensaje, sino que el mensaje me eligió a mí. Al desplegarlo leí: “Mi cuerpo tiene voz. Aprender a escucharlo es una forma de sabiduría.”

Fue como si esas palabras hubieran estado esperándome. Desde entonces las guardo conmigo, no solo como recuerdo del taller, sino como un recordatorio vital: aprender a escucharme también es un acto de cuidado y de sabiduría.

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